viernes, 26 de febrero de 2016

Juanelo y la ingeniería en tiempos de Carlos V
Rafael García Rubio
23 de febrero de 2016

 Nacido en Cremona en 1500, estudió matemáticas y astronomía en Pavía, a pesar de no pertenecer a una familia acaudalada. Pronto, despuntó como un verdadero artista, pudiéndose considerar el mejor relojero de su tiempo; función que no sólo se cernía al conocimiento de los relojes sino que aunaba otros saberes como la orfebrería, astronomía, etc.


Busto de Juanelo en el Museo de Santa Cruz, Toledo
A los veintinueve años trabajaba como encargado del reloj del Torrazzo en su ciudad natal, Cremona. Sin embargo, su suerte cambió un año después, en 1530, cuando Carlos V es coronado emperador en Bolonia y Francisco Sforza le regala un astrario estropeado. Juanelo entra así a su servicio, si bien en vez de arreglar el astrario, decide hacer uno mejor. De esta forma, durante veinte años estuvo trabajando en una de sus obras más importantes, el conocido como “reloj grande”, que poseía ocho esferas y era una maravilla de la ingeniería.
Posteriormente, cuando Carlos V abdica en 1556, Juanelo lo acompaña a Yuste donde permanece con él, enseñándole los misterios de la relojería, los cuales apasionaban al monarca. A su muerte en 1558, Juanelo entra a formar parte del servicio de Felipe II, trasladando su taller a la Torre Dorada del Alcázar de Madrid, si bien su vivienda se hallaba en una peor ubicación extramuros, en la calle que hoy en día lleva su nombre. Esta es la época en la que conoce a Juan de Herrera de quien se hace un gran amigo, colaborando en la construcción de El Escorial.
Carlos V en Yuste. Miguel Jadraque y Sánchez de Ocaña (1840-1919)
Ya en la vejez, en 1564, se traslada a Toledo para realizar su obra magna: el conocido como “el gran artificio de Toledo”, una de las maquinas más grandes e imponentes hasta el momento. Fue acabada en cuatro años y estaba formada por dos norias. La primera subía el agua hasta un depósito; la segunda era un complejo entramado de torres con tirantes y forzantes que hacían que oscilaran las cucharas que recogían el agua. Así, el agua era movida de cuchara a cuchara elevándola desde el Tajo hasta el Alcázar, un total de 90 metros de desnivel con un rendimiento de 11 litros por minuto, siendo esta una de las mayores obras de ingeniería de su tiempo.


Desgraciadamente, como ocurre con muchos genios, su trabajo no fue valorado en vida, y tanto esta máquina como otra posterior que construyó jamás le fueron pagadas, por lo que Juanelo murió a los ochenta y cinco años en la más absoluta ruina. Personajes posteriores como Peter Morris y Pedro Zubiaurre intentaron imitar este artificio, el primero en el Támesis y el segundo en Valladolid copiando a éste, si bien nunca llegaron a compararse a la inteligencia y talento de uno de los mejores ingenieros de la Historia, apenas conocido, Juanelo Turriano.



Para ver algunas de las animaciones que pudimos ver en la conferencia, aquí os dejamos sus enlaces a Internet:

-         Autómata Smithsonian:
-      Autómata Karakuri Japón (min.35,4 a 39):
-      Cóclea, tornillo de Arquímedes:
-      Uso como generador
-      Patenotre, noria de rosario:
-      Noria de cangilones:
-      Bomba Ctesíbica:
-      Azud, norias artificio en molino de Garci Sanchez:
-      Animación funcionamiento artificio Toledo (Fundación Juanelo Turriano):
-      Artificio Expo92:
-      Molino (transmisión directa tirante y forzante):

Sara Aparicio Ruiz



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